miércoles, 9 de diciembre de 2009


Hay exploradores que no regresaban de sus viajes, algunos perdían la vida con los peligros asumidos, otros con enfrentamiento con los indígenas, morían de agotamiento o víctimas de alguna epidemia.
Otras cuestiones por las que los viajeros no regresaban fueron que tomaron la decisión de no regresar a Europa y si lo hacían era después de muchos años. En el caso del académico Godin se instaló primero en América del Sur como profesor y periodista, después se instaló en España pero nunca habló sobre su viaje. Joseph Jussieu se quedó en América con su salud destrozada, solo acumuló notas y a sus herbarios nunca les dio formas definitivas. Bonpland quien acompañó a Humboldt en sus exploraciones se obsesionó con los recuerdos de los viajes regresando a América del Sur llevando una vida de aventuras y fracasos terminando en la miseria. (cf. Bouguert Maria Noëlle, Arasse D., Vovelle Michel, 1995, pág.303).
Otros exploradores permanecen desconocidos o bien no llegan a ser comprendidos como el caso de Forsskäl que tuvo sus colecciones botánicas y zoológicas y que recogió en el Mediterráneo y África solo ofreció un ridículo y patético del coste humano y los materiales de sus exploraciones eran derrochadas.
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